Empleas gran cantidad de tiempo y esfuerzo conociendo gente. Gente que va a compartir contigo un ratito, unos días o con suerte unos años.
Sin embargo, tú, eres la única persona con la que vas a pasar el resto de tu vida y me gustaría hacerte una pregunta, ¿crees realmente que te conoces? ¿sabes quién eres?
Antes de que me respondas déjame decirte que yo no tenía ni idea y la poca idea que tenía, era totalmente errónea sobre mí mismo.
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No eres quién crees que eres
Seguramente si hace un tiempo cualquiera me hubiera hecho la pregunta ¿quién eres? Automáticamente mi ego hubiera respondido: Soy Jose, vivo en Málaga, estudié Administración y Dirección de Empresas y trabajo en la empresa tal.
Tendemos a identificarnos con nuestro “yo egótico” (falsa identidad creada por la mente) hasta tal punto que creemos que somos eso: nuestra historia de vida, preocupaciones y deseos, estudios, cargo en el trabajo, bienes, posesiones…
Pues bien, déjame decirte que yo no soy eso, ni tu tampoco. Eres algo mucho más grande, mucho más vasto y lleno de posibilidades.
Trataré de que lo descubras. No te agobies si te suena a chino, es normal, vayamos paso a paso.
Influencia de la sociedad
Tenemos la mente muy condicionada desde pequeñitos por la influencia social. Desde una edad temprana te enseñan que tienes que estudiar duro, hacer una carrera, tener un buen trabajo, formar una familia, comprarte una casa, tener hijos, tener un buen coche… y así una lista interminable de mil cosas que debes “hacer” para algún día poder llegar a “ser” alguien en la vida, para ser una “persona exitosa” a ojos de la sociedad.
Tenemos una situación de partida inmejorable, somos la generación con más formación y conocimientos , tenemos gran cantidad de avances disponibles y sin embargo, tenemos el rumbo totalmente perdido, somos los más infelices de la historia.
Si no me crees, sólo tienes que echar un vistazo a las noticias del telediario, para ver la gran cantidad de barbaries que cometemos diariamente.
¿Sabes porqué? Estamos poseídos por la mente. Creemos que somos lo que pensamos y lo que sentimos, y eso trae consecuencias fatales.
La incompetencia de la mente humana trabajando para sí misma, es brutal, nos estamos matando entre nosotros, nos estamos cargando el planeta y no nos damos cuenta.
La mente es una herramienta soberbia si se usa correctamente. El problema radica en que no la usamos en absoluto, es ella la que nos usa a nosotros.
Mi experiencia personal
Déjame que te cuente un poco mi experiencia y cómo he llegado hasta aquí.
Siempre he sido una persona muy responsable y autoexigente (hasta límites insospechados), por lo que trataba de hacer todo aquello que se me presuponía que debía hacer para mi edad y además trataba de sacar nota.
A los 23 años, tenía el tipo de vida que toda madre quiere para su hijo: carrera universitaria, máster, estancia de 7 meses viviendo y estudiando en Inglaterra, me había sacado un título oficial de idiomas (FIRST) y estaba trabajando para una de las empresas más prestigiosas del sector (Price Waterhouse Coopers ,”PwC”).
A todo esto hay que sumar que socialmente tampoco me iba nada mal: tenía pareja, gran cantidad de amigos, practicaba varios deportes, tenía coche, moto, móvil de última generación… y así una lista interminable.
Ganaba al mes mucho más de lo que podía gastar, llevando una vida abundante y generosa para mi edad.
A ojos de la sociedad, era un privilegiado y llevaba una vida de ensueño. Lo “tenía” todo y sólo tenía 23 años.
Sin embargo, mis sensaciones eran muy distintas. Estaba más amargado que nunca, pasaba 12 horas al día en un trabajo que odiaba, lo odiaba tanto que me levantaba vomitando cada mañana de los nervios. La relación con mi pareja iba en declive y lo de esperar al fin de semana para poder tener un ratito libre y hacer con mi tiempo lo que deseara, lo llevaba fatal.
Es duro decirlo, pero si en eso consistía la vida, no me quedaba muy claro que yo quisiera seguir viviendo.
Fue una gran decepción, tenía una vida “ideal” según los cánones sociales y hasta dónde yo entendía en ese momento y sin embargo, mi sensación de insatisfacción era horrible.
Pensaba, que cuando llegara este momento, por fín me iba a sentir realizado y sin embargo no era así, me encontraba perdido, incomprendido y lo peor de todo, estaba enfadado conmigo mismo, no me entendía.
¿El problema? No sabía quién era y sacaba todo mi sentido de identidad de la mente.
Pensaba que yo era mi mente y eso es una locura, es agotador. La mente nunca tiene suficiente, siempre tiene algún tipo de preocupación o deseo, no tiene fin. Las exigencias de la mente son infinitas e insaciables.
Pero claro, si no soy mi mente, si no soy mis pensamientos y mis emociones, ¿quién carajos soy?
Tu verdadero Ser, tu esencia
Entre toda la confusión y ante la falta de más opciones, se abrió una pequeña puerta y miré dónde nunca antes había mirado, hacía mi interior.
Han tenido que pasar muchos años y muchos momentos de sufrimiento, desesperación, incomprensión, falta de sentido…para darme cuenta que estaba encerrado en mi propia cárcel, mi mente.
La mente siempre busca su sentido de identidad en el exterior y además nunca tiene suficiente, es una locura Clic para tuitear
A día de hoy, 9 años más tarde, aquí me encuentro, en La Alpujarra, perdido del ruido de la civilización y del ritmo de vida arrasador, dispuesto a conocerme y a coger las riendas de mi vida.
Dispuesto a escucharme en silencio, a aprender a tomar distancia con mis pensamientos y emociones, y a tomar contacto con lo que soy realmente, con mi esencia, con mi Ser.
Te soy sincero, todavía sigo buscando pero esta vez sé lo que busco, me busco a mí mismo y sé dónde buscar, en mi silencio interior, en mi presencia, no en mi mente.
No ha sido fácil llegar hasta aquí, pero te aseguro que simplemente por lo poco que he podido experimentar hasta el momento, ya ha merecido la pena. Y sólo acabo de empezar.
Por momentos, he sido capaz de silenciar mi mente y tomar contacto con mi esencia. Es algo mágico, te sientes realizado, pleno y feliz simplemente por estar vivo.
Es una sensación de libertad y de satisfacción espectacular, que me gustaría ayudarte a experimentar.
Tu ya eres todo lo que tienes que ser, no necesitas creerte todo lo que pasa por tu mente, no necesitas justificar tu existencia, no necesitas buscar tu sentido de realización en el exterior.
No necesitas de un coche, una casa, una familia, un trabajo…para “ser alguien”, tú ya eres. Sólo necesitas saber dónde buscar, acceder al inmenso potencial que tienes dentro y destaparlo.
Esto no significa que no puedas disfrutar de tener una familia, pareja, trabajo o ganar mucho dinero. ¡Por supuesto que sí!. De hecho es todo lo contrario, sólo así, podrás realmente disfrutar de todas esas cosas, sin ser esclavo de las mismas.
Tu sentido de identidad ya no se derivará de ahí, no vendrá determinado por las exigencias de tu mente.
Se derivará de un lugar mucho más profundo dentro de tí, de tu SER.
Es necesario SER para después poder disfrutar haciendo. Si no ERES por mucho que hagas nunca estarás satisfecho, siempre te faltará algo más, nunca se saciará tu sed.
Cuando vas despertando y tomando contacto con tu esencia, con tu SER, empiezas a reconocer que todo lo que necesitas para ser feliz, para sentirte completo, se encuentra dentro de ti. Es una sensación de libertad, de plenitud y de bienestar que es la ostia.
En este aspecto, una herramienta que me está ayudando muchísimo en este proceso de autoconocimiento, es la meditación.
A modo de nube, deja estas frases en tu mente para que te vayan sonando:
- “La felicidad está asociada al SER y no al tener”.
- Cómo dice El Principito: “Sólo con el corazón se puede ver claramente, lo esencial es invisible a los ojos”.
Quiero que seas libre, quiero que te liberes de la cárcel de tu mente. Quiero ayudarte a que descubras quién eres y ese lugar dentro de ti, donde se encuentran las respuestas a todas tus preguntas.
Eres pura conciencia, presencia. Eres amor, eres luz, eres alegría, eres un campo indescriptible con un potencial infinito.
Todo esto son sólo palabras que apuntan hacia algo más profundo.
Lo que realmente eres no se puede expresar con palabras, no hay definición que pueda abarcarlo conceptualmente.
No se puede entender con la mente. Tienes que abrirte a sentirlo, a vivirlo, a experimentarlo, a SER.
Y para tomar contacto con tu esencia, con lo que realmente eres, sólo hay una forma de hacerlo, aquí y ahora, tomando consciencia plena del momento presente.
Para ello, junto con la meditación, te iré contando a lo largo del blog una serie de herramientas que te ayudarán a despertar tu conciencia y descubrir quién eres.
Sólo necesito que tengas un fuerte compromiso contigo mismo y que estés dispuesto a abrirte más allá de lo que ven tus ojos, de lo que dice tu mente. Si es así, no te preocupes que iras descubriendo poco a poco cómo hacerlo.
Te animo a que conectes con tu verdadero Ser y desde ahí, disfrutes viviendo la vida que siempre has soñado, en libertad.
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Ánimo Gigante, un camino espectacular nos queda por delante, ¡disfrutémoslo juntos!
Hola José, me ha gustado mucho tu reflexión porque son cosas que tengo en la cabeza y tú las has verbalizado. Conocer algo de ti también ayuda. Un post que se me ha quedado corto porque la verdad lo he disfrutado. Espero impaciente ver más y revolver mi yo interior. Un abrazo.
Buenos días Ana!!
Muchas gracias por tu comentario. Muchas veces no es fácil expresar con palabras lo que sientes con el corazón. Estamos acostumbrados a traducirlo todo mentalmente y a veces para entender la vida es necesario abrirse un poquito más allá. Hay cosas que la mente no logra alcanzar.
Me alegro mucho que te haya llegado.
Espero verte más por aquí y seguir creciendo juntos!
Un abrazote grande.
Hola Jose!!!
Muy buen artículo y muy de acuerdo contigo en todo…
Qué más dará lo que tengamos en posesiones si por la mañana no tienes ni ganas de levantarte!!
Lo ideal sería encontrar un equilibrio entre el ser lo que te haga sentir mejor y tener lo que te apetezca para cubrir tus verdaderas necesidades. No está mal tener el último modelo de móvil y un buen coche, siempre que no sea a costa de tu esencia o de tu propia vida.
Durante el tiempo que me he pasado de mochilera, no ha habido para mí mayor felicidad que poder llevar mi casa a cuestas. Darme cuenta de que necesito muuuuuuuuy poco para vivir feliz ha marcado un antes y un después. Ahora sólo tengo ganas de vender, regalar o tirar el excedente de cosas materiales que no necesito porque cuantas más cosas dejo ir más libre me siento.
Un placer conocerte compañero de camino.
Un abrazo
Grande Tania!! Un placer tenerte por aquí!!
Totalmente de acuerdo, “Lo que posees, te posee”.
Cómo bien dices, el hecho de viajar con la casa a cuestas, te hace ver lo que realmente necesitas para vivir y te hace deshacerte de todas aquellas cosas que te lastran y no te aportan nada.
No estoy en contra de las cosas materiales. Creo que en su justa medida, son necesarias.
Lo que si deberíamos pararnos a pensar, es el precio que estamos pagando por ellas.
Aquí me viene al pego la frase de: “Compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a personas que no nos agradan”.
Muchas gracias por comentar!!
Encantado de haber coincidido contigo compañera de viaje,
Un abrazote grande!
Estimado Jose, muy agradecido x tu tiempo y tu dedicación. Un día alguien me dijo “pídele a dios con fe” y es lo q hice. Hace un tiempo atrás tengo esas preguntas existenciales q me inquietan “quien soy”, “mira dentro de ti” y le pedí a dios q me ponga en mi camino a las personas q me ayuden con estas respuestas y dios me “oyo”.
saludos cordiales
Estoy despertando, y es la sensación más agradable que he tenido jamás. Por momentos soy capaz de sentir, pero de sentir de verdad.
Gracias por todo lo que escribes, he visto en mì misma, muchas cosas de las que explicas.